Se acabó la especulación. El día 22 de julio a las 12:00 será el debate de investidura con la
intervención de Pedro Sánchez y por la tarde, a partir de las 16:00, subirán al estrado, de
menor a mayor, todos los grupos que obtuvieron representación en la cámara baja. Las
normas del Congreso son claras; la primera votación es el día 23 y sería necesario la mayoría
absoluta del hemiciclo para que la investidura no fuese fallida. Si en esta primera votación no
obtuviese mayoría absoluta todos los diputados y diputadas estarían citados para otra
votación el día 25 y el candidato socialista solo necesitaría la mayoría simple para ser investido
presidente.
La función de los asesores políticos, más allá de ser el sitio de recolocación de aquellos cargos
públicos que se han quedado en la calle, es la de interpretar el presente para aventurar el
futuro. La realidad, a día de hoy, es la que es. Por un lado está el bloque de las derechas (PP,
Ciudadanos y VOX) que piden a Sánchez que no se acerque a los partidos nacionalistas al
mismo tiempo que le empujan a ellos al haber afirmado que no apoyarán ni por acción ni
omisión (abstención) su investidura. Por otro lado está Unidas Podemos que quiere si o si,
entrar en el Gobierno. Si hacemos un ejercicio de memoria, después de cada reunión de
Iglesias con Sánchez de lo único que se ha hablado en todos los medios de comunicación es si
lo llamamos gobierno de coalición o colaboración pero difícilmente recordarán alguna medida
estrella sobre políticas sociales que haya puesto sobre la mesa el partido de Pablo Iglesias.
Dejen de pensar, la única línea roja del líder de Podemos es que quiere sentarse en el futuro
Consejo de Ministros.
No hay más. Que la sobreinformación que vamos a recibir desde el día de hoy hasta que se
produzcan el debate de investidura no nos impida ver la realidad. El 10 de noviembre es la
fecha para unas nuevas Elecciones Generales si falla el intento de Sánchez de ser presidente
este mes de julio. El PSOE y el PP obtendrán mejores resultados y tanto Ciudadanos, Unidas
Podemos y Vox los empeorarán. La regla de tres en simple, las opciones de éxito de Pedro
Sánchez en esta investidura es directamente proporcional al miedo que tengan Rivera e
Iglesias para volver a enfrentarse a la opinión pública con unas urnas por delante. Ciudadanos
perderá todo el voto de las personas de centro que han visto como dimiten miembros de su
ejecutiva por haber decidido tener como socios preferente a PP y VOX en todas las
comunidades autónomas dónde puedan quitarle el poder al PSOE. Ciudadanos ya no puede
hacer otra campaña electoral basando su discurso en la regeneración democrática pues
prefiere gobernar en Madrid y Castilla León con el PP y el apoyo necesario de VOX aunque en
estas comunidades lleven más de dos y tres décadas respectivamente bajo un gobierno de
derechas y haya sido el PSOE la lista más votada. Por otro lado Unidas Podemos perderá el
apoyo de aquellos electores que no entiendan que pongan en riesgo un gobierno progresista
por la ambición personal de su líder de querer ser ministro.
Al final la administración de los tiempos en política se asemeja mucho a una partida de
ajedrez. Pedro Sánchez ha sabido adecuar el ritmo, los tiempos y la velocidad gracias a una
correcta planificación estratégica en el que se minimiza la influencia del azar con una
anticipación que le permite tener capacidad de respuesta y, sea en julio o en noviembre, el
candidato del PSOE tiene acorralado a los dos reyes, Rivera e Iglesias, y está a dos movimientos
de darles jaque mate.
Sera muy dificil que vuelva a votar a este Psoe, con un pie fuera de la Constitucion y otro metido en el barro de la corrupción,
"la mentira es un arma revolucionaria". Lema vital de Pedro Sanchez, el doctor Fraude
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