Entrevista Fernando Villena , Poeta y miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada

|

Fernando de Villena,

el poeta del instante


                Fernando de Villena, Granada, 1956. Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada y de la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras. Le ha sido otorgado, entre otras distinciones, el Premio de la Fundación Andrés Bello. En el plano narrativo ha publicado diecisiete novelas, destacando: Relox de peregrinos, La casa del indiano, El hombre que delató a Lorca, Sueño y destino, Iguazú, El testigo de los tiempos, Udaipur, Mundos cruzados, Valparaíso y El secreto del Sacromonte. Como poeta ha desarrollado una extensa producción agrupada en los volúmenes Poesía 1980-1990, Poesía 1990-2000, Los siete libros del Mediterráneo (2009) y Los colores del mundo (penúltimos libros de poesía) (2014). Su obra poética nace influida por la belleza y perfección formal de la poesía de los siglos de Oro ('Pensil de rimas celestes', 'Soledades III y IV' y 'Damas reales'), para abrirse más tarde a influencias contemporáneas. En 2000 recibió el Premio de la Crítica Andaluza.

La Naturaleza conforma un gran referente en tus poemas. Eliges los elementos matéricos para dar forma a ese universo poético que se torna alrededor del poeta. ¿Cómo concibes el mundo a través de los objetos? ¿Por qué esa necesidad de cobrar vida a través de los elementos?

- La poesía oficial de las últimas décadas ha sido urbana. Los autores oficiales están contentos con esta pseudodemocracia y satisfechos en las ciudades, donde pueden medrar. Yo, por el contrario, me considero un poeta de la naturaleza, del mar sobre todo, de la montaña, de los jardines… El paso del tiempo se paladea en la contemplación de la naturaleza.

¿Crees que el poeta debe creer en algo?


- La poesía es la intuición de lo inefable. Existe una realidad más allá de lo que vemos y de lo que oímos: algo misterioso que se nos insinúa en una flor, en un atardecer, en una calleja, en un beso… No me gustan ni la poesía ni la narrativa oficiales de hoy porque no se despegan del realismo más elemental. Los verdaderos poetas tienen que creer en lo que los sobrepasa. Y no hablo ahora solo de la religión.

¿Le debemos algo a alguien por nuestra existencia?

-  ¿Providencia o azar? No tiene la misma suerte el que nace en el seno de una acaudalada familia europea que el que ha nacido entre las ruinas de Irak, Siria, Gaza, Yemen o Haití. Este mundo es injusto, terriblemente injusto, pero yo creo en la existencia de otra vida. Jesucristo ya nos explicó que su Reino no era de este mundo. Y creo que el espíritu de todas las personas de bien y de aquellas que han sufrido aquí, encontrarán otro lugar mucho mejor en ese otro Reino.

¿Somos tan débiles como en realidad aparentamos?


- El hombre es como un junco que se mueve al antojo del viento, pero que no se rompe con facilidad. Nuestra vida puede acabar en unas horas, en un instante, inesperadamente, pero en una vida se puede escribir el “Quijote” o pintar “El entierro del conde de Orgaz” o fundar una asociación como “Cáritas”.

En tus poemas nos hablas de la muerte, del amor, de la soledad. ¿Crees que existe algo que puede salvar al ser humano de la decadencia del propio ser?

- La caridad, el amor desinteresado a los demás, el desapego a los bienes terrenales, el olvido de sí mismo. Pero no es un camino fácil. Yo a menudo hago propósito de recorrerlo, pero apenas avanzo dos pasos, doy marcha atrás.

La época clásica supone una gran carga simbólica en tus poemas. ¿Qué echas de menos de esa época que en estos momentos no podemos compartir en nuestro tiempo?


- No solo en la época clásica. Hasta los años sesenta del pasado siglo la vida era mucho más auténtica. Las alegrías y las tristezas eran más profundas. No se había perdido ni la inocencia ni el sentido común. El bien y el mal se hallaban completamente deslindados. La muerte, la noche, el amor, la familia, el saber… casi todo poseía un halo solemne, casi sagrado. Ahora el mal gusto y la frivolidad se han convertido en leyes; se intenta igualar por abajo; se han creado muchos falsos valores que caen en seguida y son sustituidos por otros igualmente efímeros.

¿Existe por parte del poeta una necesidad de volver al pasado, a la memoria, a lo vivido, como una forma de sobrevivir en el presente?


- Le ha ocurrido a todas las generaciones: los ancianos consideran que su época era mejor que la actual. Yo, con objetividad, observo el pasado y sé que el presente nos ha traído maravillas como Internet. Pero el hombre se halla de pie sobre milenios de historia. Es una piedra más de la pirámide de la Humanidad y para comprenderse a sí mismo tiene que mirar hacia abajo, hacia las otras piedras que lo sustentan.

Tus poemas son una máquina de relojería que interpreta el mundo desde la belleza armónica del poema, donde el lector sucumbe ante el milagro de la literatura. ¿Qué esperas de la poesía?


- A la poesía y al arte no hay que pedirles nada y sobre todo no hay que pedirles dineros. La poesía viene cuando ella lo desea, como una gracia sobre nosotros, y en seguida se marcha. Lo importante es dejar sobre el papel la huella de su paso y eso el poeta lo manifiesta mediante la emoción. No se puede explicar lo inexplicable, pero nos podemos acercar a nombrarlo mediante la metáfora o el símil.

¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?

- Soy un escritor infatigable y por lo tanto muy prolífico. Poseo tres poemarios inéditos y otras tantas novelas en el cajón. Hoy resulta cada vez más difícil publicar, a menos que te lo costees de tu bolsillo. Ahora escribo una novela sobre los mitos artúricos.

El escritor y poeta Fernando de Villena participará en la segunda Jornada del VIII Encuentro de las Artes y de las Letras del Mediterráneo, enmarcado en el proyecto “Abierto en Sur”,  actividad paralela dentro del marco expositivo PhotoESPAÑA 2019, donde Meca Mediterráneo Centro Artístico es la Sede Oficial en Almería. El acto tendrá lugar el viernes 5 de julio, a las nueve de la noche, en la calle Navarro Darax, 11. Almería. Una ocasión única para poder disfrutar del arte y de la literatura, de la belleza y del milagro.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.